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Verbos en pasado 2

Ejercicio de rellenado de huecos

Completa los huecos de este texto con las formas adecuadas de los verbos expresando tiempo pasado.
Completa los huecos en esta entrevista con el director de cine Wolfgang Becker. Ten en cuenta que no todos los huecos necesitan un verbo en pasado y, algunos, lo necesitan en presente.

A pesar de contar en su filmografía solamente con tres largometrajes, el alemán Wolfgang Becker es ya prácticamente todo un veterano en los festivales europeos. En las pantallas de la Seminci se han pasado todas sus obras, incluido un cortometraje que (hacer) como práctica en la escuela de cine y que ya por entonces le (valer) un premio en el festival de Locarno. Con “La vida en obras” se hizo con el Premio al Mejor Nuevo Director en la 42 edición de la semana pucelana, y ahora (venir) a por más con “Good Bye, Lenin!”, en la que (ver) los esfuerzos de una familia de la Alemania Oriental por ocultarle a su madre la caída del Muro de Berlín y del régimen comunista del que (ser) orgullosa participante. Es uno de esos directores que el Festival mima con vistas a convertirlo en un nombre habitual en su programación y una referencia que vaya creciendo en su carrera a la vez que el certamen. De momento la apuesta (parecer) sólida, porque, diez años después de su primer largo (“Juego de niños”), Becker (aterrizar) en Valladolid en mitad de una agotadora gira internacional de promoción que le lleva a confesar que sus próximos proyectos son… unas vacaciones.
Pregunta: La idea de partida de su película es realmente original, ¿De dónde surge?
Respuesta: En 1999 (recibir) una carta de un joven guionista, que no conocía, que (desarrollar) la idea inicial en tres páginas. Me (gustar) desde el comienzo y dos semanas después me (reunir) con él para empezar a diseñar el guión.
P- Básicamente la película habla sobre una familia, pero el trasfondo político e histórico va adquiriendo poco a poco mucho peso en ella y termina casi por hacerse protagonista…
R- Sí efectivamente la reciente Historia de Alemania (estar) en ese trasfondo y hacia el final de la película se hace muy importante, ya que ésta es una película sobre un engaño y esa Historia reciente alemana está en la base de ese engaño. Para mí, en realidad, esto no (ser) lo que prima en el film y el tema familiar creo que es el más importante en todo su conjunto. Pero si alguien cree que eso es justo al contrario lo (respetar) , porque la libertad del cine que a mí me gusta hacer radica precisamente en esto, en que quien quiera que vea mis películas y opine algo contrario a lo que yo (pensar) pueda hacerlo y sentirlo así.
P- ¿Habían previsto entonces todas esas interpretaciones históricas y políticas que se han hecho sobre “Good Bye, Lenin!”? Porque se ha hablado sobre ella como un alegato sobre la necesidad de la aceptación del pasado comunista de la parte Este de Alemania y también hay quien (querer) ver en ella cosas tan extremas como una crítica hacia la sumisión de los alemanes capaces de aceptar cualquier régimen político que se les imponga, incluido el nazismo…
R- Cuando estás escribiendo un guión por supuesto que te tienes que plantear todas estas cosas. Ya (tener) muy claro que no queríamos crear una idea romántica de lo que (ser) la República Democrática Alemana y no (querer) hacer política en ese sentido. Pero una cosa es cuando uno (estar) escribiendo el guión y otra cosa el momento de ponerse a rodar la película. El rodaje (ser) bastante duro y nos encontramos con muchos problemas a los que (tener) que hacer frente día tras día. Eso hace que pierdas un poco de perspectiva de lo que era la idea general de la que habíamos partido al inicio. Realmente la película a medida que la vas rodando va adquiriendo su propia personalidad y se va inclinando hacia un lado o a otro, y eso es algo que uno no (poder) controlar totalmente. En todo caso a mí me gustaría poder ver la película con los mismos ojos virginales con que la (ver) los espectadores por primera vez, porque tras 53 días de rodaje y un mes de post-producción ya me conozco todos sus rincones. Además si la viera con esos ojos ni siquiera sabría si mi propia película me iba a gustar o no.
P- ¿Se intentó en algún momento hacer una especie de reverso de su anterior film, “La vida en obras”, pero ahora desde el punto de vista del Este?
R- Realmente podría verse así, aunque cuando (rodar) “La vida en obras” no (estar) pensando en hacer después una especie de versión desde el otro lado. Las dos ocurren en la misma ciudad y en la misma época, pero es que realmente en Berlín todo (estar) duplicado. Hay dos óperas, dos ayuntamientos… todo es doble. Tras la unificación nos hemos (tener) que plantear qué ópera o qué ayuntamiento cerramos de los dos, porque no hay dinero para mantenerlo todo abierto.
P- ¿Le resultó difícil reunir un reparto de actores tan extenso y procedente de las anteriores dos partes de Alemania?
R- Al principio sí, porque para el protagonista (estar) buscando a algún joven actor del este de Berlín, ya que el acento es diferente al de la zona oeste. El Muro que ha estado allí durante 40 años nos ha (separar) incluso en el lenguaje y ahora los acentos de ambas partes son diferentes. Pero no (poder) encontrar un actor adecuado en la zona este, así que al final (tener) que escoger a Daniel Brühl, un actor de la parte oeste y hacerle practicar durante dos meses, día a día, para que pudiera imitar el acento del este. Teníamos ya decidida la actriz para el papel de la madre y (elegir) el resto por los parecidos físicos que hicieran creíbles los parentescos de los personajes, y también viendo si (haber) química entre ellos. Porque yo para trabajar con mis actores necesito amarlos, necesito trabajar en una forma armoniosa, aunque siempre tras 53 días de rodaje siempre surgen problemas y choques que solucionar.
P- ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
R- Tengo que terminar un DVD sobre la película con casi tres horas de extras y aún (tener) que continuar con la promoción de la película. Vengo de Brasil y ahora voy a Japón. Así que mi verdadero proyecto para el futuro son unas vacaciones… quizás en España.